-Pues sí...
Respondió aquel muchacho que para mí tenía un aspecto bastante extraño, se veía algo retraído, de hombros caídos y una camisa a cuadros. Aquel día llovía, así que esperamos bajo el abrigo de una parada de autobús en algún sitio de París.... mientras fumaba un cigarro la lluvia fue disminuyendo y me preparé para entrar en su mente.