miércoles, 24 de octubre de 2012

Atrapadas...

Nunca he tenido un trabajo fijo en ninguna parte, vivo de lo que me dejan vivir y así fue como llegué a aquel teatro viejo, no es que me moleste, pero limpiar no es una de mis cosas favoritas, sin embargo acepté el trabajo porque pronto tenía que pagar el alquiler.

Era un teatro muy viejo, algo deteriorado y bastante pequeño, los espacios olían un poco a humedad y aún conservaba esas cortinas rojas que solían adornar los teatros en otros tiempos. Como me gusta mucho la fotografía, una de esas tantas noches llevé conmigo mi cámara y comencé a fotografiar cada rincón que encontraba.



En la parte de atrás de una de las tarimas, al usar el flash vi que entre algunas cosas algo brillaba, me acerqué para ver mejor y me encontré un gran frasco de vidrio lleno con lo que parecía agua con un color marrón y hojas secas, al principio pensé que era un asco pero al acercarme más pude ver la foto de un cachorro de bulldog francés que llamó mi atención.

Tomé el frasco en mis manos y pude ver que además de esa foto en blanco y negro, en el frasco habían collares de perlas, algunos anillos pequeños y otras chucherías; como a demás me gusta mucho eso del vintage, me llevé el frasco a mi casa con la intención de lavar las cosas y reutilizarlas.

Esa misma noche, mientras dormía, soñé con ellas, me vi a mi misma como una niña pequeña con un hermoso vestidito blanco y a la cintura un listón azul, corría por un jardín muy arreglado, como al estilo de esas fiestas de té inglesas, pero lo que me causaba más gracia eran los bucles en mi cabeza.

Pronto descubrí  que era un patio de juegos, estaba lleno de muñecas antiguas y muchas cosas para comer, todo tipo de golosinas llenaban las mesas vestidas con manteles blancos de encaje, habían globos, algunos pequeños conejos y ¡El perro! ahí estaba el cachorro.

Al acercarme a él sentí a mis espaldas algo extraño, al voltearme pude ver 4 niñitas de aspecto caprichoso, muy bien vestidas y arregladas, todas molestas y una que otra mocosa de tanto llorar. Una de ellas se acercó a mi, la mayor supongo pues era un poco alta, tomó mi mano y sólo dijo -Ella ya no nos deja jugar-

Al voltear mi cabeza vi de espaldas una niña rubia que se inclinaba para tomar un pequeño conejo, su vestido era rosado y tenía sobre su cabello un listón negro, de pronto notó que yo la veía y vi en sus ojos tal maldad que desperté de un brinco y caí de mi cama al piso.

Por dos noches seguidas soñé lo mismo sin entender la razón....

El sábado en la mañana puse manos a la obra y abrí aquel gran frasco, tomé un cucharón de madera de la cocina y comencé a piquetear el contenido, para ver qué cosas veía, entre hojas y suciedad comencé a ver fotografías ¡Eran las 4 niñitas de mi sueño! No podía creerlo, continué escarbando y más y más cosas aparecían, de pronto ya no eran hojas secas, eran muy verdes y algunas flores.

Increíble fue lo que pasó después, de tanto remover aquello se abrió un espacio entre las hojas y pude ver el interior del frasco, dentro de él logré ver el jardín y a las niñas llorando, no podía creerlo, fui a lavarme la cara y calmarme un poco, me acerqué de nuevo y allí seguían.

Tomé un tenedor de metal de la cocina y comencé a dar golpecitos en el vidrio del frasco, no parecían oírme hasta que comencé a golpear más fuerte, una de las niñas me vio y justo en ese instante apareció la otra niña rubia.

Con sus ojitos llenos de maldad fue acercándose hacia el frasco, su rapidez me sorprendió, casi sentí que podía tocarme, de un brinco me separe del frasco que se tambaleó sobre la mesa y calló al suelo reventándose como un globo lleno de agua.

En el piso quedaron solo hojas, agua de un color extraño y una rara muñeca rubia que al parecer la caída al piso destruyó, con la boca abierta miré los pedazos, estaba ida pensando en lo que vi cuando escuché un sonido proveniente de una pequeña naricita mocosa.

Con miedo me di vuelta y ahí estaban las 4 niñitas, mojadas y algo asustadas. Sus ropas eran antiguas no parecían de aquí, tragué algo de saliva y les pregunté - Niñas ¿Qué día es hoy? ¿Saben que día es? ¿Lo saben? -

Una a una fueron respondiendo, comenzando por la niña alta que siempre pensé que era la mayor
- 12 de abril de 1920- y así continuaron las demás: 12 de abril de 1935, 12 de abril de 1949..... la más pequeña, una niña algo gordita y de mejillas rojas sólo logró decir en qué fecha suponía ella estar, para la niña era 1951.

Miré mi celular y me dí cuenta que era 12 de abril, con los ojos muy abiertos miré sus caritas asustadas, respiré profundo y me acerqué a ellas.

Fin.

Licencia Creative Commons
Atrapadas por Alejandra Teran se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

No hay comentarios:

Publicar un comentario